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lunes, 1 de diciembre de 2014

.- SORPRENDEME .- CAPITULO 19

19
El sábado, Tom y _______ coincidieron en casa de Judith, pero ambos
disimularon lo que había entre ellos, aunque Sami se mostró más cariñosa
con él de lo habitual. Tom, al percatarse de ello, procuró no estar en el
campo de visión de la niña. Si seguía así, los descubrirían.
Judith se preocupó por su amiga al ver que tenía un corte en la frente
y se quedó sin palabras al saber cómo se lo había hecho.
Tom, que la escuchaba, quiso contar lo impresionado que lo había
dejado, pero no podía. Si se incluía en la historia, todos sabrían que estaban
juntos. Por ello, hizo lo mejor que sabía y, para sentirse incluido en la
conversación, la provocó:
—¿Seguro que el choque no lo provocaste tú?
________ torció el gesto al oírlo, en señal de incomodidad, y repuso:
—La pena es que no te pillara a ti dentro.
Él, divertido, la miró y, en tono guasón, replicó:
—Ha hablado la novia de Thor. ¿Dónde te has dejado el martillo?
—Como no cierres el pico, lo vas a encontrar en tu cabeza, ¡listillo!
La pequeña Sami, que en ese momento corría, se paró junto a Tom y,
cogiéndolo de la pierna, preguntó:
—¿Jugamos a los caballitos?
_______ al oír a su hija y ver el bloqueo de él, cogió a su pequeña y dijo:
—Sami..., ¿cuántas veces te tengo que decir que no toques la caca?
—¡Serás grosera! —protestó Tom.
Judith los miró con gesto contrariado. ¿Por qué siempre tenían que
estar igual? E intervino, intentando calmar los ánimos.
—Por favor..., ¿por qué no fumáis la pipa de la paz?
_______ animó a su hija a correr tras una pelota, soltó una carcajada y con
gesto contrariado respondió:
—Cianuro le echaba yo a la pipa.
Tom, levantando las cejas, miró a su amigo Bill, que los observaba,
y dijo:—Además de chulita y prepotente, ¿también asesina? Querida Jud,
¿qué amistades son éstas?
—Tom, no seas estúpido —protestó Judith.
—Eh..., Jud —se quejó él—. No me insultes. Sólo ha sido un
comentario.
_______, quitándole importancia, miró a su contrariada amiga y
respondió:
—No hay comentarios estúpidos, sino estúpidos que comentan. Por lo
tanto, pasando de él, ¿vale, Judith?
Tom resopló. Se moría por besarla. Lo estaba volviendo loco con su
descaro. Pero en sus ojos veía algo que lo desconcertaba y, tras cruzar una
mirada con su amigo Bill, que sonreía a su lado, murmuró:
—Recuerda, cuando venga ella, sé buen amigo y no me invites.
Bill soltó una risotada.
Durante la comida, cada uno se sentó a una punta de la mesa y se
dedicaron a tirarse las pullitas de siempre. Judith no sabía qué hacer.
Quería que sus dos amigos se llevaran bien, pero era imposible. Ellos se
negaban.
—Pásame los garbanzos, Judith —pidió ______.
Ella, encantada, lo hizo y cuando su amiga se estaba sirviendo, oyó
que Tom decía con cierto retintín:
—Si queda algo, me encantaría servirme a mí también.
______, al oírlo, lo miró y, soltando la bandeja, siseó:
—Aquí los tienes, bonito..., todos para ti.
Marta, la hermana de Bill, que había acudido junto con su novio
Arthur, asombrada por lo borde que estaba siendo el bueno de Tom con
aquella muchacha, preguntó acercándose a su cuñada:
—Pero ¿qué les pasa a estos dos?
Molesta, Jud los miró y susurró:
—Directamente no se soportan.
Acto seguido, vio cómo su marido le daba a _____ una botella de
champán para que la abriera.
¡Clops!
—¡Joderrrrrr!
El sonido del tapón al saltar y el consiguiente «¡Joder!» hizo que
todos miraran y soltaran una carcajada al ver que el tapón de la botella
había impactado contra el pómulo de Tom.
—¿Quieres dejarme tuerto?
_______, horrorizada porque no había querido hacer eso, lo miró
levantarse e ir al baño. Bill lo acompañó. Judith, sorprendida por aquel
ataque tan directo, miró a su amiga y dijo:
—______, entiendo que no os llevéis bien, pero un taponazo duele.
—Te juro que no pretendía darle. Ha sido casualidad.
Unos minutos después, volvieron del baño y Tom, mirándola, gritó:
—¡¿Qué tal si piensas antes de hacer las cosas?!
________ quiso disculparse, decirle que no había pretendido hacer aquello,
besarle el pómulo dolorido, pero al ver la expresión de él, respondió en su
línea:
—¿Quieres una tirita de princesas?
Tom, ofuscado, fue a responder cuando Bill intervino:
—Se acabó, chicos. Tengamos la fiesta en paz.
Veinte minutos después, cuando ______ pudo ver que Judith no estaba
pendiente, el móvil de Tom sonó:
«Lo siento. No pretendía darte un taponazo».
Él sonrió y escribió:
«¿Seguro que no querías dejarme tuerto?».
Desde el otro lado de la mesa, ella le hizo un puchero y escribió:
«Si hubiera querido dejarte tuerto, ¡no fallo!».
Al leer eso, Tom tuvo que hacer esfuerzos por no reír, y más aún por
no ir y besarla delante de todos, como deseaba.
A lo largo del día, y a escondidas de todos, se comunicaron con
mensajitos de móvil y a última hora él le preguntó por el mismo medio:
«¿Vienes a mi casa esta noche?».
Al recibirlo, ella respondió:
«No. La persona que se queda con Sami, hoy no está».
La cara de Tom se contrajo al leerlo. Quería estar con ella y tras
mirarla con gesto ceñudo desde el otro lado del salón, insistió:
«Iré yo a tu casa».
Ella rápidamente contestó:
«No».
Molesto ante su negativa, resopló. ______ lo miró mientras él escribía:
«Pregúntale a Judith si conoce a alguien».
Al recibir ese mensaje, ______ respondió:
«Yo no le dejo mi hija a cualquiera».
Tom, sorprendiéndola, rápidamente escribió:
«O lo preguntas tú o lo pregunto yo».
Incómoda por aquello, fue a contestar cuando Judith, que volvía de
despedir a sus cuñados, al verla teclear en el móvil preguntó con
curiosidad:
—¿Con quién te mensajeas?
_______, consciente de que todos la miraban, respondió dejando el
móvil y dándole a su hija un muñeco que le pedía:
—Con un pesadito que quiere quedar conmigo esta noche.
En ese instante, Tom se sentó junto a ellos y murmuró:
—Pobre hombre, lo compadezco. No sabe lo que hace.
—Tom... —protestó Judith y ______, clavando sus ojos en él, siseó:
—Hay hombres que saben apreciar lo que es una mujer de verdad...,
nene.
—Hay hombres para todo..., nena —se mofó él.
Judith, incrédula, interponiéndose entre ellos, miró a ______ y preguntó:
—¿Vas a quedar con ese hombre?
—No.
—Oye... qué colgante de fresa más original. Pero si tiene hasta
chocolate —rió Judith.
—Es un regalo —murmuró _______, al darse cuenta de que el colgante
había llamado la atención.
Bill, al ver en lo que su mujer se había fijado, parpadeó. Él había
visto aquella joya antes y, mirando a su amigo, que disimulaba, exclamó:
—Vaya... una fresa con chocolate, ¡qué original!
Tom, al darse cuenta de que lo había pillado, con la mirada le pidió
silencio.
Tres segundos después, al ver que ______ no iba a preguntar lo que él le
había sugerido, dijo para llamar la atención de Judith:
—¿Qué pasa, Ironwoman, no tienes con quién dejar a tu princesa esta
noche?
Molesta por su insistencia, ella gruñó:
—Eso a ti no te importa, idiota.
Sin cortarse un pelo y dispuesto a conseguir su propósito, insistió:
—Yo te haría de niñera, pero he quedado con una preciosa mujer y por
nada del mundo me voy a perder esa cita.
—Eh... eh... eh... Tú serías la última persona que yo elegiría en este
mundo para que cuidara de mi hija.
—A lo mejor la cuido mejor de lo que tú crees.
—Lo dudo.
—Si quieres, déjame la niña a mí —dijo Judith al oírlos—. Sabes que
con nosotros estará bien y mañana cuando te levantes vienes a buscarla.
Tener toda la noche para ella sola la atrajo, y por la mirada de Tom
supo que a él también, pero, aun así, contestó:
—No..., no creo que sea buena idea.
Bill, que hasta el momento había permanecido en silencio, la miró y
perseveró:
—Aquí la cuidaremos como si estuviera contigo. No seas tonta y sal
esta noche a divertirte.
Tom, deseoso de meter cizaña, miró a su amigo:
—Qué poco solidario eres con ese pobre hombre. ¿Estás seguro de lo
que vas a hacer? Mira que la Superwoman es capaz de darle un garrotazo y
puede terminar traumatizado.
—No se hable más —insistió Judith, deseosa de matar a su buen
amigo Tom—: Sami se queda con nosotros esta noche.
—Pero...
—______ —la cortó Judith—, sal esta noche con ese hombre y pásalo
bien. ¡Te lo mereces! —Y mirando a Tom, añadió—: Y tú cierra el pico,
que me estás poniendo nerviosa y al final la que te va a dar el garrotazo
voy a ser yo.
—Amigo —intervino Bill—, yo que tú me callaba. Recuerda, ¡está
embarazada y tiene las hormonas alteradas!
Tom soltó una risotada: se había salido con la suya. Levantándose,
dijo:
—Me voy. He quedado con una preciosidad que más que garrotazos,
cuando me vea me comerá a besos.
—Pobrecilla —se mofó _______—. Qué estómago tiene que tener.
Judith soltó una carcajada y Tom siseó:
—Para tu información, sé de buena tinta que le gusto.
—¿Seguro?
—Segurísimo..., guapa. Es más, quizá hasta la lleve a montar a
caballo.
—¿Por la noche? —preguntó Judith, sorprendida.
Él sonrió y sin querer mirar a _______ para no soltar una carcajada,
respondió:
—Montar a caballo a la luz de la luna es maravilloso.
______ cruzó una rápida mirada con él, que le guiñó un ojo. Divertida,
intentó no reírse. ¡Qué liante!
Segundos después, las dos mujeres se levantaron y Bill, mirando a su
amigo, que se estaba poniendo un abrigo de cuero, preguntó:
—¿Fresa con chocolate?
Tom al ver que las chicas no los oían, respondió:
—¡Cállate!
Bill sonrió y, acercándose a él, insistió:
—¿Qué tienes tú con _______?
—Guárdame el secreto, colega, ya hablaremos.
Bill asintió y dijo:
—Por supuesto que hablaremos, pero como dice mi mujer, punto uno:
piensa lo que haces. Y punto dos: te aseguro que Jud no tardará en atar
cabos y, cuando se entere, ¡temblad por habérselo ocultado!

Veinte minutos después, cuando _______ salió con su coche de la parcela
de sus amigos, no se sorprendió al ver el de Tom esperándola un par de
calles más adelante.
—Sígueme. Meteremos los dos coches en el garaje de mi edificio —le
indicó él desde su vehículo cuando ______ se puso a su lado.
—No.
La rotundidad de su voz le confirmó que aquella noche le pasaba algo
y preguntó:
—¿Por qué?
—Porque no y punto.
Sin mirarlo, se encendió un cigarrillo. Tom preguntó al ver su gesto:
—¿Qué te ocurre?
______ resopló. Era su aniversario con Mike. Hubiera sido el sexto,
pero sin ganas de contar la verdad, respondió:
—Nada. No me ocurre nada.
La negatividad de ella lo sorprendió y, bajándose de su coche, se
acercó al suyo y preguntó:
—¿No quieres ir a mi casa?
 negó con la cabeza y saliendo de su coche, dijo tras dar un
portazo:
—Te dije que quería estar con Sami. ¿Por qué has tenido que insistir?
—Porque tengo ganas de estar contigo, de besarte, de tocarte y de
cabalgar a la luz de la luna.
Esas palabras tan íntimas, tan especiales, le tocaron el corazón;
cuando él se acercó más, le puso una mano en el pecho y aclaró:
—Yo no quiero nada más que sexo contigo, no te confundas.
—Pero ¿de qué estás hablando? —preguntó Tom, desconcertado.
—El rollito amor y tal ya te dije que no va conmigo —aclaró _______,
furiosa—. Una cosa es que lo pase bien contigo y otra que te dé
exclusividad. Por lo tanto, si quieres que estemos juntos, vayamos a un
club de intercambio y pasémoslo bien.
Esa proposición frustraba totalmente los planes de Tom. El sexo le
encantaba, pero ________ y su particular manera de hacer el amor lo atraía tanto
que sólo la quería para él. Confuso, clavó sus impactantes ojos en ella.
—¿Prefieres ir a un club antes que a mi casa?
—Sí —afirmó ella, apagando el cigarrillo.
Él quiso protestar, quejarse. Pero finalmente tomó aire preguntó:
—¿De verdad no te ocurre nada?
—Te acabo de responder hace cinco segundos.
Con una paciencia impresionante, Tom asintió y, mirándola,
preguntó:
—¿Qué te parece si llamo a alguien y vamos a mi casa?
Ella lo miró.
—¿Servicio a domicilio?
Aquello a Tom le hizo gracia y respondió:
—Tengo muchos amigos. Organizo de vez en cuando fiestecitas en
casa y...
—Vale. No quiero saber más. Si vas a llamar a alguien, que sea un
hombre y que sea atractivo. Cualquiera no me vale.
—¿Una mujer no?
Molesta por la conversación, _______ finalmente dijo:
—Oye, si quieres, llama a una mujer para ti y un hombre para mí. No
soy celosa.
Él sopesó sus palabras. El sexo entre cuatro solía ser divertido, pero
decidió dejarlo para otro día. Al final, abrió su móvil, habló con alguien y
una vez concretó verse en su casa en media hora, anunció, encaminándose
hacia su coche:
—Tema solucionado. Será una fiesta de tres.
—¿Has llamado a un hombre?
—Sí. Ahora, sígueme.
Cuando llegaron, los dos metieron sus vehículos en el garaje y al
entrar en la casa, Tom la besó y murmuró:
—Hoy hubiera querido una noche solo contigo.
________ asintió. A ella también le apetecía, pero no quería colgarse de
aquel guaperas: con toda seguridad, si lo dejaba entrar en su vida le
rompería el corazón. Por eso, sonriendo, lo besó y murmuró:
—Vamos a pasarlo bien. ¡Déjate de exclusividades!
En ocasiones como aquélla, su frialdad y su chulería dejaban a Tom
sin habla. Cualquier mujer de las que conocía mataría por una noche a
solas con él, pero _______ no. Eso marcaba la diferencia entre ella y las demás.
Quiso protestar, pero al final, mirándola fijamente, dijo:
—Yo guiaré el juego, ¿de acuerdo?
Ella sonrió y, divertida, accedió:
—Vale, pero no te acostumbres.
Media hora después, sonó el portero automático de la casa y cuando
entró Carl, ella lo reconoció y sonrió. Se saludaron y Tom de pronto se
sintió violento. ¿Estaba celoso?
Rápidamente preparó unas copas mientras ellos hablaban y él se
tranquilizaba. No era la primera vez que compartía mujer con su buen
amigo Carl, pero en esa ocasión lo que estaba sintiendo mientras ellos dos
hablaban era diferente y se inquietó. No le gustaba sentirse así.
Tras beber para caldear el ambiente, _______ puso música cañera, como
siempre. Tom la miró al ver que se trataba de Bon Jovi y ella, con el reto
en la mirada, sonrió. Aquella sonrisa fría a él no le gustó y supo que algo
no iba bien. La siguió con la mirada y la vio sacar de su bolso un pañuelo
oscuro, que enseñó a los dos y se ató sobre los ojos.
Tom se enfadó. La conocía y sabía lo que aquello significaba. Por
ello, levantándose, se acercó a su oído y murmuró:
—¿Qué estás haciendo?
—Disfrutar.
Molesto él insistió:
—¿Por qué lo haces?
Con un tono de voz que lo dejó helado, ella respondió:
—Porque hoy quiero estar con Mike.
Eso lo ofendió. Lo enfadó y, sin poder verle los ojos, gruñó:
—He dicho que me dejaras a mí guiar el juego.
—Y te dejo, nene..., pero hoy también juega Mike.
Frustrado porque nada estaba saliendo como él quería, tuvo la
tentación de acabar con el juego en aquel mismo instante, pero el deseo
pudo más que la razón. Finalmente, la cogió de la mano y exigió:
—_______, siéntate.
Ella lo hizo. Cada hombre por un lado la atacó. Cuatro manos
recorrían sus pechos, su cintura, sus piernas, separándoselas para buscar el
caliente centro de su deseo. Le subieron la minifalda y primero uno y
después el otro, metieron sus dedos en su húmeda cueva para disfrutar de
ella y proporcionarle placer. Dedos juguetones le retiraban la fina tela de la
braga y la asaltaban mientras le decían cosas calientes, excitándola.
—¿Te gusta lo que te decimos, _______? —preguntó Carl.
Ella asintió y Tom, enloquecido por el morbo del momento, se
levantó del sillón. ______ lo volvía loco. Se impacientaba como un colegial.
Sin demora, se arrodilló en el suelo y, tras quitarle las bragas con
brusquedad, pidió:
—Abre más las piernas y ofrécete a mí.
Así lo hizo y la boca de él fue directa a donde ella demandaba.
Recostada en el sofá, se entregó al disfrute del juego mientras Carl le abría
la camisa y, sacándole los pechos por encima del sujetador, se los
mordisqueaba, los manoseaba, los estrujaba. Embravecido, comenzó a
chuparle los pezones con fruición. Frenética y tremendamente excitada por
lo que aquellos dos hombres le hacían, ______ se movió gustosa y soltó un
jadeo mientras Tom continuaba con su asolador ataque y no paraba de
controlar lo que Carl hacía.
La temperatura subió en la habitación y Tom, metido totalmente en
el juego, la puso de pie, le quitó la falda, le desabrochó el sujetador y,
cuando la tuvo totalmente desnuda, le indicó mirando el pañuelo que le
cubría los ojos.
—______..., ponte de rodillas sobre la alfombra.
Sin dudar, ella obedeció y entonces le quitó el pañuelo. Quería mirarla
y quería que ella lo mirara a él. No estaba dispuesto a compartirla con
Mike. Eso a _____ no le gustó y, tras clavar su enfadada mirada en él, sin
necesidad de hablar, actuó. Llevó sus manos hasta el cinturón de ellos, les
desabrochó los pantalones, les bajó la cremallera, el bóxer y, con mimo,
tocó aquellas erecciones duras y juguetonas que eran para ella.
Con deleite rozó y besó primero la punta de sus penes antes de
metérselos en la boca y degustarlos. Ellos soltaron un gruñido varonil que
a _______ le puso la carne de gallina y más cuando sintió la mano de Tom en
su cabeza, exigiéndole que continuara.
Así estuvieron un buen rato, hasta que éste pidió:
—Carl, mastúrbala.
Su amigo se arrodilló detrás de ella para tocarle el trasero, le mordió
las costillas y paseó su lengua por el tatuaje, mientras _______ seguía lamiendo
con deleite el duro y erecto pene de Tom. Excitado al ver cómo el tatuaje
se movía en su espalda ante el ataque de Carl, Tom le tiró del pelo para
que lo mirara, clavó sus ojazos ambarinos en ella y dijo:
—Soy Tom..., mírame a mí.
Esa exigencia, más que enfadarla, la excitó; mientras, Carl comenzabaa masturbarla desde atrás. Metió dos de sus dedos en su húmeda vagina y
los comenzó a mover al tiempo que ella jadeaba, se movía e intentaba
continuar chupando lo que Tom le exigía.
Retirándose de su boca, éste disfrutó observando la cara de ella
mientras otro excitaba su cuerpo. Observó su boca, sus labios, cómo sus
pechos se movían descontrolados ante el erótico ataque y, cuando ya no
pudo más, se puso un preservativo y cambiándose con Carl, ordenó,
mientras la penetraba enérgicamente por la vagina y ella se encogía al
sentir su enorme erección:
—Ábrete para mí.
Ella, excitada, hizo lo que pedía y tras darle un azote en el trasero,
Tom exigió:
—Ofrécete. Vamos..., apriétate contra mí.
______ lo hizo enloquecida. Pero sabía lo que él estaba haciendo: le
impedía pensar en Mike en un momento así y continuó hablándole
mientras bombeaba una y otra vez en su interior:
—Después te abriré las piernas para Carl, como sé que te gusta y
quieres. Te ofreceré a él, sólo a él, y luego yo te follaré hasta que grites mi
nombre. Esta noche sólo Carl y yo seremos quienes te hagamos gritar de
placer. Nadie más.
A cuatro patas, ______ asintió. Tom la tenía agarrada por las caderas y
con delirantes movimientos la acercaba y alejaba para ensartarla una y otra
vez por detrás, mientras le hablaba y le recordaba que era él quien la
penetraba y no otro.
—¿Me sientes, ______?
—Sí —gritó al notar sus enérgicos movimientos, su calor, su grosor.
—Di mi nombre —exigió, penetrándola de nuevo.
Ella soltó un jadeo. El placer era intenso y Tom volvió a repetir:
—Di mi nombre.
______ se resistió y él, sin ceder un ápice, la volvió a penetrar con furia y
exigió: —Di mi nombre.
—¡Tom! —gritó ella finalmente.
—Repítelo —insistió.
—¡Tom!
—Otra vez.
—¡Tom! —obedeció entre jadeos.
Encantado con hacerla vivir y sentir la realidad, la empaló de nuevo y,
volviéndola loca, murmuró:
—Sí, cielo, sí..., soy Tom, no lo olvides. Esto es entre tú y yo.
Nuestro juego y el de nadie más, ¿entendido?
Ella no respondió y Tom, exigente, insistió:
—¿Me has oído, _____?
—Sí.... Sí..., Tom... No pares. Ahora no pares.
Aquella súplica y cómo ella se arqueaba para recibirlo, lo hizo
acelerar el ritmo de sus acometidas. Quería hacerla sentir. Quería que
disfrutara y quería disfrutar él. Los gemidos de ambos se aceleraron, hasta
que, contrayéndose, _______ se dejó ir.
Su cara cayó sobre la alfombra y su sexo se abrió al sentir la última
embestida de Tom, acompañada por su sibilante ronquido de placer. Una
vez él salió de ella, sin abandonarla ni un segundo, la hizo ponerse boca
arriba. La miró a los ojos y vio su agitada respiración. Aquellos juegos a
ambos les gustaban. Los excitaban.
Besándola con posesión para dejar claro que él era quien guiaba el
juego, preguntó:
—¿Preparada para Carl?
______ asintió y Tom dijo:
—Carl...
Éste, después de presenciarlo todo y ya con un preservativo puesto,
estaba duro y deseoso de jugar con ella. Cuando Tom se retiró a un lado,
se colocó entre las piernas de ______, guió su pene a la humedad que latía
ante él y rápidamente la penetró.
Los gemidos de ella volvieron a inundar la estancia y Tom,
sentándose a su lado, posó su boca sobre la suya y musitó:
—Sí..., disfruta, cariño... Ábrete para Carl. Vamos..., grita de placer.
Quiero oírte..., quiero ver cómo disfrutas...
_______ chilló y cerró los ojos y él, cogiéndole la barbilla con la mano,
exigió:
—Mírame.
Ella lo miró y él volvió a exigir:
—Di mi nombre.
Con la mirada fija en él y consciente de con quién estaba, accedió:
—Tom...
Éste asintió. Ella estaba con él y siseó:
—Sí... tú y yo. Éste es nuestro juego.
Enajenada por lo que sus palabras le hacían sentir, lo agarró del cuello
y lo besó con desesperación. Abrió su boca y metió su lengua de tal manera
en su interior que casi lo hizo perder la razón con un simple beso. La
dureza de ______ en la entrega lo sorprendió y quiso mimarla como nunca
antes había mimado ninguna mujer.
Carl continuó con sus penetraciones mientras ellos dos se besaban.
Sin quitarles la vista de encima, pasó sus manos por debajo de las piernas
de ella para tener más accesibilidad y prosiguió con su propio juego. Ver el
cuerpo desnudo de la mujer entregándose a él mientras su amigo le
devoraba la boca lo hizo temblar, y cuando no pudo más, se dejó llevar por
el clímax, clavándose una última vez en ella al tiempo que _______ se dejaba
llevar también por él.
Una vez los cuerpos de los tres dejaron de respirar con dificultad, Carl
salió de ella y Tom, poniéndose en pie, la hizo levantar, la cogió en brazos
y la llevó a la ducha. Cuando el agua comenzó a caer entre ellos, la miró y
musitó:
—Estoy duro y voy a follarte otra vez.
Mimosa, ella asintió. Tom la apoyó contra la pared de la ducha y, sin
soltarla, guió su pene hacia su dilatada vagina. Cuando estuvo dentro de
ella, _______ susurró con un hilo de voz:
—Tom.
Conmovido, asintió. Había dicho su nombre sin que él se lo pidiera y,
agarrándola por el trasero para manejarla, murmuró mientras se apretaba
contra ella.
—Sí, ______..., soy Tom.
Mirándose a los ojos, respiraban con dificultad mientras se apretaba el
uno contra el otro y disfrutaban de aquella morbosa sensación. La vagina
de ______ se contraía y su succión sobre el pene de Tom era fantástica y
estupenda. Así estuvieron varios minutos, disfrutando como locos, hasta
que él, abriéndole las nalgas con las manos, le pasó un dedo por el ano y
ella musitó:
—Carl.
Tom, que ya la había visto tener sexo anal en el Sensations, la
entendió y llamó a su amigo. Cuando éste entró en el baño, él le dijo,
organizando el juego:
—En unos minutos te quiero dentro de la ducha con nosotros.
Carl asintió. Los observó jugar bajo el agua mientras su pene se
endurecía y, una vez erecto, se puso un preservativo. Al entrar en la ducha,
cerró el grifo. Tom se movió y colocó a _______ entre los dos. Carl comenzó a
tocarla y Tom, locamente excitado, murmuró sobre la boca de ella:
—Esto es lo que quieres.
—Sí —respondió ______ al notar cómo Carl le masajeaba las nalgas.
—Carl te está preparando, ¿te gusta lo que hace?
—Sí... sí...
El placer era inmenso y los jadeos resonaban en todo el cuarto de
baño: morbo en estado puro entre los tres. La vagina de _____ succionaba el
pene de Tom y éste apretaba los dientes e intentaba no dejarse llevar por
los instintos animales que le afloraban. Debía dar tiempo a que los dedos
de Carl le dilataran un poco el ano y, cuando no pudo más, siseó:
—Vamos a darte lo que deseas, preciosa.
—Sí, Tom..., entrégame.
Que ella se lo pidiera lo volvió loco de excitación. Oír su nombre le
producía un reconfortante placer al saber que ______ contaba con él. Al fin
era su juego. Un juego donde ellos eran los protagonistas y no terceros.
Besos...
La lengua de Tom se enredó en la suya y ambos disfrutaron de su
pasión y del morbo del momento hasta que Carl pidió:
—Tom, apóyate en la pared y abre a _______.
Mirándola a los ojos, Tom hizo lo que le decía y, con su pene aún en
el interior de ella, le asió las nalgas y la abrió para su amigo. La entregó.
Carl le puso la punta del pene en el ano y lenta y pausadamente la comenzó
a penetrar, mientras Tom y ella se miraban a los ojos.
______  jadeó y Tom, pendiente en todo momento de ella, preguntó:
—¿Esto es lo que querías?
—Sí... —Y sin apartar los ojos de él, susurró—: Te gusta entregarme.
Enloquecido por lo que ella le hacía sentir, Tom sonrió y convino:
—Me encanta, preciosa..., me vuelve loco.
Mel asintió y cuando sintió el roce de ambos penes, uno por el ano y
el otro por la vagina, gimió.
Los hombres no lo dudaron y cada uno desde su posición se movió en
busca del placer y del morbo, mientras ella, en medio de los dos, jadeaba y
besaba a Tom con fiereza.
Placer...
Excitación...
Fantasía...
Esas tres cosas los llenaron a tope y disfrutaron de lo que les gustaba:
el sexo. Con lujuria, _______ se contorsionó de gozo entre sus manos, dándoles
acceso una y otra vez a su interior, mientras ellos, al ritmo que cada uno
marcaba, la penetraban en busca del clímax.
Cuando todo acabó y Carl salió de ella, con una mirada le indicó a su
amigo que se marchaba a otro baño para ducharse. No hizo falta decir más.
Carl sabía que una vez acabado el juego sobraba. Cuando se quedaron _______
y Tom solos en la ducha, éste abrió el agua, la miró a los ojos y se
sorprendió cuando la oyó preguntar:
—¿Todo bien?
Él asintió y en ese momento algo dentro de su corazón se descongeló:
se acordó de su amigo Bill y sonrió al entender lo que éste había intentado
explicarle muchas veces sobre Jud y él. Y sin saber por qué, en ese preciso
instante lo entendió todo. La química con una mujer y todo lo que venía
después surgía cuando menos se esperaba y a él con ______ le había surgido y
no lo iba a desaprovechar.
Los juegos calientes y morbosos entre los tres habían durado hasta las
cuatro de la madrugada. Cuando Carl se marchó, _______ se duchó sola.
Cuando salió de la ducha, con las bragas y el sujetador puestos, comenzó a
recoger su ropa y Tom, mirándola, preguntó:
—¿Adónde vas?
Sin mirarlo, ella respondió:
—A mi casa. Creo que ya es tarde.
Tras un tenso silenció, él inquirió:
—¿Qué te ocurre esta noche? Y no me digas que nada, porque no me
engañas. ¿Qué ocurre?
—Tom...
—¿Por qué querías que Mike estuviera aquí? ¿Por qué?
Ella cerró los ojos. Su comportamiento al principio de la noche había
sido terrible e inaceptable; encogiéndose de hombros, murmuró:
—Hoy es mi aniversario con Mike.
—Era —matizó Tom con rotundidad—. ¡Era!... Debes empezar a
hablar de él en pasado.
—Lo sé.
Enfadado por lo que ella pensaba, siseó furioso:
—Mike no está, _______. Ya no es vuestro aniversario. ¿Cuándo lo vas a
querer ver?
Ella no respondió. Simplemente cerró los ojos y continuó recogiendo
su ropa.
Loco porque no se fuera, pensó qué hacer. Deseaba que pasara el resto
de la noche con él y, sin dudarlo, se encaminó hacia el equipo de música.
Tras mirar varios CD, se decidió por uno muy especial para él, por uno que
escuchaba siempre en soledad, y cuando los primeros acordes de Feelings,
de Aaron Neville, sonaron, ya estaba detrás de _______, murmurándole al oído:
—Ven...
Ella, con el corazón a mil, soltó la ropa que llevaba en las manos y se
dejó abrazar. Lo necesitaba.
Aquella canción...
Aquel hombre...
Aquel momento...

Feelings, nothing more than feelings.
Trying to forget my feelings of love.
Teardrops rolling down on my face.
Trying to forget my feelings of love.

Durante varios segundos, bailaron el uno en brazos del otro aquella
romántica y maravillosa canción, hasta que Tom, posando su frente sobre
la de ______, susurró:
—Perdóname por haberte hablado así.
Ella asintió y, tras unos segundos, contestó:
—Perdóname tú a mí por haberme comportado como una idiota.
—______...
La joven negó con la cabeza y Tom buscó su boca con desesperación,
la besó con ímpetu y, cuando se separó de ella, murmuró con voz ronca:
—No quiero que pienses en él.
—Tom, yo...
—Tú y yo. Aquí sólo estamos tú y yo.
—Escucha, Tom...
—No, cielo, escúchame tú a mí —la cortó, poniéndole el vello de
punta—. Cuando estés conmigo, sólo quiero que pienses en mí, en
nosotros. Llámame egoísta, pero cuando tú y yo juguemos, con otros o
solos, únicamente quiero que existamos tú y yo. Mike es el pasado y yo soy
el presente, ¿no lo ves?
_______ no respondió. No podía. Estaba comenzando a sentir cosas
especiales por él y eso la asustaba. No se lo podía permitir. No debía. No
había sido sincera con Tom desde un principio y sabía que tarde o
temprano, cuando él se enterase de su oficio, todo explotaría como una
bomba.
Lo besó. Saboreó sus labios con deleite y cuando se separó, él le
pidió:
—Quédate esta noche conmigo.
—No...
—No te vayas —insistió con voz ronca.
—No puedo...
—Sí puedes..., claro que puedes.
Conmovida por su voz y por lo que sentía estando con él, lo miró a los
ojos y directamente preguntó:
—¿Qué estamos haciendo?
La sensual canción continuó mientras ellos, abrazados y hechizados
por el momento, se movían al compás de la misma. Y con los ojos
clavados en ella, Tom, aquel Casanova a quien las mujeres adoraban,
respondió:
—No sé lo que estamos haciendo, cielo, pero me gusta y no voy a
parar, porque te estás convirtiendo en alguien muy... muy especial para mí.
______ cerró los ojos y sonrió. El romanticismo de Tom le gustaba. Le
gustaba mucho.

Feelings, wo-o-o feelings.
Oh... oh...my darling.
Wo-o-o, feelings again in my heart.

Él le olió el pelo mientras ella le besaba el cuello. La abrazó con
desesperación y aspiró su aroma. Sin saber cómo ni por qué, aquella mujer
lo llenaba por completo y no quería separarse de ella ni un solo día más. Ni
un solo instante.
Hechizado por el momento, la llevó hasta la cama, donde continuó
besándola. Quería mimarla y decirle cientos de cosas que nunca había
dicho, pero él mismo se asustaba de sus sentimientos. Todo iba rápido,
demasiado rápido, y tuvo que morderse la lengua para no decir algo de lo
que se pudiera arrepentir.
Besos...
Ternura...
Deseo...
Se mimaron al compás de la bonita canción.
Sin prisa...
Sin pausa...
Cuando la canción terminó, comenzó una nueva también de Aaron
Neville. En esta ocasión Tell it like it is . Si la canción de antes era
romántica, ésa lo era mucho más.
Embelesada por la delicadeza, la sensualidad y el morbo de él en
aquellos momentos, ______ cerró los ojos, justo cuando Tom le pasaba los
labios por la barbilla. Dios..., ¡era delicioso!
Abandonada a sus arrumacos, lo oyó susurrar:
—Te voy a hacer el amor con mi música. Con nuestra música.
—Eres un romanticón —bromeó mimosa.
Él asintió y, rozando su nariz contra la de ella, musitó:
—Y tú también lo eres, aunque no lo creas.
_______ sonrió y, tocándole el pómulo con la mano, se lo besó y dijo:
—Siento lo del taponazo... No era mi intención.
Sin darle importancia, Tom se despojó del bóxer negro que llevaba,
lo tiró y, rasgando el envoltorio de un preservativo, se lo fue a poner, pero
ella se negó.
—¿Segura?
—Sí... Quiero sentir tu piel y mi piel.
Él sonrió y _______ lo besó.
¿Cuánto tiempo llevaba sin hacer el amor?
Al principio de su relación con Mike todo era romántico. Pero en sus
últimas ocasiones, todo era frío y rápido. Había olvidado el romanticismo,
pero allí estaba Tom. Un hombre impresionante que nada tenía que ver
con ella y su estilo de vida. Un hombre al que nunca pensó atraer y que de
pronto la mimaba, la acariciaba, la agasajaba de tal manera que le estaba
haciendo creer de nuevo que el amor existía.
Besos sabrosos. Besos suculentos. Besos deliciosos. Así la besaba
Tom mientras la sensual voz de Aaron Neville llenaba el espacio, y a ellos
aquella tórrida intimidad les tocaba el corazón.
Se miraban con ternura...
Se tocaban con mimo...
Se mordían los labios apasionadamente con intimidad...
Se comunicaban sin hablar, mientras sus cuerpos ardientes se rozaban
y gustosos se deleitaban en aquel instante profundo y terriblemente mágico
entre los dos. Tom dejó caer su fornido cuerpo sobre ella y, con cuidado
de no aplastarla, paseó su boca por su frente, por sus mejillas, por su cuello
hasta terminar en sus pechos. Ella jadeó.
Con un estremecimiento, ______ enredó los dedos en aquel pelo oscuro y
espeso, hizo que la mirara y pidió:
—Hazme el amor.
Con los ojos vidriosos de pasión, Tom la volvió a besar mientras ella
bajaba sus manos por su espalda y le clavaba los dedos para retenerlo. Él,
excitado y enloquecido por lo que le estaba haciendo sentir, se estremeció.
Con movimientos felinos y deliberados, le quitó la ropa interior, que cayó
al suelo. Su erección latía. Su duro pene estaba dispuesto para una nueva
invasión y no lo dudó. Se colocó en su húmeda y cautivadora entrada, la
miró a los ojos y la penetró.
_______ se arqueó para recibirlo y hacerlo suyo, mientras ambos se
movían lentamente al compás de la música y sus bocas se deleitaban
mordiéndose. Con movimientos sensuales y posesivos, Tom se puso sobre
ella y _______, delirante, se abrió para acogerlo en profundidad. Tranquilos, sin
prisa y mirándose a los ojos, uno encajó en el otro mientras sus pieles se
rozaban y erizaban por el mágico momento. Apoyando las manos en la
cama, él echó hacia adelante las caderas para profundizar más en ella, que,
agarrándolo con fuerza por el trasero, pidió con voz temblorosa:
—No te muevas.
Tom, hundido en ella, paró y sintió cómo su vagina lo succionaba,
haciéndolo gemir de placer. Aquello era delicioso. ¡Colosal!
—Oh, Dios, nena...
—No te muevas —suplicó acalorada.
Maravillado por el momento Tom no se movió. Disfrutaron de
aquella ardorosa intimidad mientras sus cuerpos excitados se volvían locos
de placer y la música continuaba. Pasados unos segundos, él acercó su boca
a la de ella y musitó:
—Me gustas mucho, ______... Demasiado.
Ella no habló, cerró los ojos y tembló. Cuando sus temblores
disminuyeron, él se movió y, al profundizar más en su cuerpo, le arrancó
un candoroso gemido.
El ansia creció en los dos y los movimientos segundo a segundo se
volvieron más rápidos, más fuertes, más certeros, más terrenales... ambos
lo necesitaban. Cuando él soltó un gruñido de satisfacción y se hundió
totalmente, el clímax les llegó a la vez y ______ le confesó entre murmullos:

—Tú también me gustas mucho, Tom... Demasiado.

HOLA!!! SE GUSTAN!! SE QUIEREN!!! DIOS QUE EMOCION!!! :D ... BUENO AQUI ESTA OTRO CAPITULO DE LA NOVELA, YA SABEN 4 O MAS Y AGREGO SINO NO ... ADIOS  :))

6 comentarios:

  1. OMG que bello
    Ya se dijeron que se gustan *.*
    Sube pronto (espero que hoy) :D ajajaj

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  2. Yo sabia q se gustaban , era obvio uiii que ternur u.u amoooo esta novelaaaa cada vez mas me encanta jajaja sube pronto please bye cuidate c:

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  3. Oooh woo
    tn todavia sigue pensando en mike ... pero ya que se olvide de el :/
    que bello tom *-*
    sube pronto
    espero que hoy ajajajaj me encanta esta fic

    ya van 3 comentarios *-*

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  4. :O Se dijeron que se gustan que emocioooooon, hay virgi cada día que pasa me enamoro mas de esta historia, y que romanticooooooo jejejje me encantooooooo, ojala lleguen hacer algo mas que un simple juego, lo malo es cuando Tom descubra la verdadera profesión de ella :S quieroooo el cap 20 hoy mismooo virgiii please

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  5. Quiero el cap 20 hoyyy virgiii please me muero x leerlo mira que me dejaste bien intrigada jeje..

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  6. O.o al finnn!! Yaaa se declararon.. Solo espero que la rayita no la cague ydeje a Tom por miedo a volver a enamorarseee..

    Subeeee Virgii.. Porfaaaa !! ;)

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