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domingo, 16 de noviembre de 2014

.- SORPRENDEME .- CAPITULOS 1O Y 11

10
El viernes por la tarde, ______ llamó a Judith y quedó en ir a su casa para
darse un bañito en la maravillosa piscina climatizada que tenían. Cuando
llegó con Samantha, la pequeña se volvió loca y, tras inflarle los manguitos
rosa, ______ la metió en el agua con ella.
Divertida, observó cómo su pequeña chapoteaba en la piscina y la
animó. —Vamos, cariño, mueve los bracitos.
Sami, que en la guardería iba a clases de natación, rápidamente hizo
lo que ella le pedía y Judith, que las observaba sentada en el borde con sus
hijos, aplaudió.
—Muy biennnnn, Sami, ¡nadas muy bien!
—¿Puedo sujetarla yo? —peguntó Flyn, uno de los hijos de Judith,
metiéndose en el agua.
—Claro, cariño. Ven..., ponte aquí —asintió ______.
Encantada, observó cómo aquel jovencito sujetaba a su hija y se
deleitó con la sonrisa de ambos. Pasadas unas horas, en las que disfrutaron
de la piscina, la puerta se abrió y aparecieron Bill, el marido de Judith,
acompañado por su amigo Tom.
Éste, al ver a _______, frunció el cejo. Sin duda alguna, en cuanto se
percatara de su presencia lo pondría de los nervios y así fue. Nada más
verlo, ella sonrió y dijo:
—Vaya..., llegó el atropellamujeres.
Todos sonrieron y Tom, de humor, repuso:
—Venga, no disimules, guapa. Me viste y te tiraste sobre mi precioso
coche para llamar mi atención.
______ al oír eso, levantó una ceja y replicó:
—Ya te gustaría a ti, nene.
Sin cortarse, él sonrió.
—Lo dudo, nena.
—Tom, ¿te metes en la piscina conmigo? —pidió Flyn.
Él, mirando al pequeño de ojos achinados, respondió:
—No, ahora no.
—¿No sabes nadar, capullín? —se mofó _______. Y tendiéndole los
manguitos rosa de princesas de su hija, añadió—: Ten, Sami te los presta.
Judith soltó una carcajada. Lo de aquellos dos comenzaba a ser
divertido y mirando a Tom fue a decir algo cuando su maravilloso marido
la agarró por la cintura.
—Hola, pequeña.
—Hola, grandullón.
Y sin importarles los demás, se besaron con auténtica pasión, hasta
que Tom dijo:
—Venga ya, idos a la habitación, por favorrrrrrrrrrrr.
______ al oírlo, sonrió. Pensaba lo mismo que él, pero no tenía
intenciones de decirlo.
—Sami, ahora vas a ser buena y mientras mamá se viste no te vas a
meter más en la piscina, ¿vale? —le advirtió a su pequeña después de
cambiarle el bañador y colocarle la corona.
La niña negó con la cabeza y ella, riendo con complicidad, preguntó:
—¿Te vas a volver a meter en el agua?
La pequeña asintió y corrió hacia el lateral de la piscina donde estaba
Flyn.
—Sami, ven aquí, que no llevas los manguitos —la llamó ______.
Pero la niña, divertida, siguió corriendo y ______ y Judith se levantaron y
corrieron tras ella. Tom y Bill observaban al pequeño Eric, que dormía en
su sillita tan feliz.
—¿Qué te parece cómo duerme tu ahijado? —preguntó el orgulloso
padre.
—¡Joderrrrrrrrr! —soltó de pronto Tom.
Bill, al ver la cara de su amigo, miró hacia las mujeres, que reían a
carcajadas, y preguntó:
—¿Qué ocurre?
Boquiabierto, Tom no se movió. Sólo podía mirar sorprendido el
tatuaje que _______ tenía en la espalda y, quitándose la chaqueta, dijo:
—Creo haber visto ese tatuaje en otro lugar.
—¿Dónde? —preguntó Bill.
Tom sin quitar los ojos de la joven, murmuró para que no lo oyera
nadie excepto su amigo:
—Si te lo digo no te lo crees.
En ese momento, el pequeño Eric se despertó y la atención de su padre
fue totalmente para él. Bill adoraba a su hijo, y mientras se prodigaba en
cientos de mimos, Tom continuaba mirando a ______. De pronto, su
rompecabezas encajó. Aquel cuerpo moreno y fibroso, unido al tatuaje y la
música de Bon Jovi, no le dejaba la más mínima duda de que era ella.
Sorprendido por lo que había descubierto, no podía dejar de mirarla.
Nunca lo habría imaginado. Cuando ellas llegaron hasta donde estaban
ellos, ______, con su hija en brazos, dijo:
—Vamos, cariño, nos tenemos que ir a casita.
—Noooooooo —chilló la pequeña, agarrándose a Flyn.
—No se quiere ir, ______... Quiere nadar un ratito más —comentó el
niño.
—Agua... más pischina —insistió Sami.
______ sonrió al oír a su hija. Aquella lengua de trapo le encantaba, pero
mirándola directamente a los ojos, la apremió:
—Sami, nos tenemos que marchar.
La niña se resistió y volvió a gritar:
—Noooo, pischina.
—Sami, venga... Te pondré dibujos en casita, ¿quieres? —insistió
para convencerla.
—Noooooooooo.
Tom, al ver la rebeldía de la pequeña, acercándose a ella se agachó e
intentó convencerla:
—Sami, las princesas son buenas y obedientes. Haz caso a tu mamá.
La niña lo miró y, con un gracioso gesto, preguntó:
—¿Tú, pínsipe?
Tom sonrió. ______ soltó una carcajada y murmuró:
—Sí, pero de las Tinieblas. Vamos, Sami.
Todos rieron excepto él y Bill preguntó:
—¿Por qué te vas tan pronto?
______, con su hija algo más calmada, recogió sus cosas y respondió:
—Esta noche tengo planes. Pero antes quiero bañar a Sami, darle de
cenar y acostarla.
—¿Cenita romántica con tu maridito? —aventuró Tom.
Los ojos de _______ lo taladraron y tras cruzar una significativa mirada
con Judith, respondió, mientras se ponía los vaqueros y una camiseta.
—Digamos que es sólo diversión.
______ se percató de que Tom no le quitaba ojo y plantándole cara,
inquirió:
—¿Por qué me miras así?
—Porque quiero.
—¿Tengo monos en la cara?
—No.
—Entonces, ¿por qué no me quitas ojo?
Él sonrió y, acercándose a ella, cuchicheó en su oído:
—Me gusta mirar los bichos raros.
—¿Me acabas de llamar bicho raro? —Tom asintió y ella murmuró
—: Desde luego, qué borde eres, hijo mío.
—Gracias, mamá, me gusta saberlo.
—Lo último que querría ser es la madre de un becerro.
—¿Me acabas de llamar becerro? —Ella sonrió y Tom repuso—: ¿Tú
tienes salidas para todo?
—No lo dudes..., capullo.
Molesto porque ella no callaba y lo sacaba de sus casillas, fue a decir
algo cuando Judith, al ver que se retaban con la mirada, preguntó:
—Pero ¿qué os ocurre ahora?
—Aquí, el pínsipe, ¡que se cree lo más! —contestó ______ mientras le
ponía un jersey a su hija.
Al oírla, Tom achinó los ojos y dijo:
—Habló la novia de Thor. ¿Dónde tienes el martillo, guapa?
______ cerró los ojos. Aquel hombre era insoportable y con gesto
contrariado, siseó:
—Me acabas de ofender, pedazo de tonto.
—¿Por llamarte la novia de Thor?
—No, por llamarme bicho raro.
Bill soltó una carcajada. Desde luego, aquella mujer había
sorprendido mucho a su amigo. Judith intervino en defensa de ella:
—¿Acabas de llamar bicho raro a ______?
—Ni caso. Éste es tonto y como encuentre el martillo de mi famoso
novio, se lo estampo en la cabeza sin piedad —contestó la aludida.
La pequeña Sami miró a Tom y, con su media lengua, repitió,
señalándolo con el dedito:
—Tonto. Tú, pinsipe tonto.
El tono de voz de la pequeña lo hizo reír y mirando a la madre,
murmuró:
—No puedes negar que es hija tuya.
Eso hizo reír también a ______, que mientras le ponía el gorrito a su hija
añadió:
—Así me gusta, cariño. Que los identifiques desde pequeña.
Quince minutos después, la joven se subió a su utilitario y se marchó.
Cuando Judith cerró la puerta de su casa, miró a Tom a los ojos y
preguntó:
—¿Cómo puedes ser tan tonto?
—¿Tú también con eso? —se mofó él.
Tras mirar a su marido, que la observaba con su pequeño hijo en los
brazos, Judith le aclaró a Tom:
—______ es en cierto modo viuda. ¡Bocazas!
Bill y Tom se sorprendieron ante aquella noticia y Judith, quitándole
a Bill el bebé de los brazos, agregó antes de marcharse:
—De verdad, Tom, qué poco oportuno has sido esta vez.
Cuando ella se alejó, un descolocado Tom miró a su amigo y
murmuró:
—Joder, tío, no lo sabía. ¿Tú sí?
—No.
—¿Qué te ha contado Judith de ella?
Asombrado por aquel repentino interés por la joven que lo sacaba de
sus casillas, Bill le puso una mano en el hombro y dijo:
—Lo siento, James Bond, pero realmente Jud nunca me ha hablado de
la novia de Thor.
Ambos rieron y, deseoso de cambiar de tema, Tom propuso:
—Vamos, invítame a tomar un whisky de los que me gustan... Y como
me vuelvas a llamar James Bond, vamos a tener más que palabras.
Tras cenar esa noche en casa de sus amigos, Tom decidió pasar por
su casa para cambiarse de ropa y luego acudir a cierto local. Quizá, con un
poco de suerte, allí podría despejar sus dudas sobre aquella joven.

11
Aquella noche, al llegar al Sensations, Tom se acercó a la barra. Por
norma, nunca llegaba tan pronto, pero ese día quería ver si ______, la
enigmática amiga de Jud, aparecía por allí. Durante más de una hora, habló
con varias mujeres. Locas por sentirse especiales, todas lo miraban
deseosas de ser la elegida esa noche, pero él no podía apartar sus ojos de la
entrada.Y de pronto la vio.
Allí estaba ella, subida a unos impresionantes tacones y con un
ajustado vestido negro. Parapetado tras dos mujeres, ella no lo vio y él
pudo seguir todos sus movimientos.
La vio llegar hasta la barra e, instantes después, observó cómo varios
hombres la rodearon. Su campo de visión se restringió y eso lo molestó.
Durante varios minutos, intentó localizarla con la mirada, pero allí sentado
le era imposible. Y cuando vio que ella entraba en el cuarto oscuro, no lo
dudó y, cogiendo de la mano a una de las mujeres con las que estaba, entró
también.
La oscuridad en un principio lo cegó. En aquel cuarto apenas se podía
distinguir nada. No había música y sólo se oían gemidos. Cuando sus ojos
se acostumbraron a la oscuridad del lugar, la localizó y se acercó a ella.
Soltándose de la mujer que lo acompañaba, ancló sus manos en la cintura
de ______ y su olor lo impregnó.
Olía a fresa. Eso le gustó.
Mientras la pegaba a él, notó cómo el hombre que había entrado junto
a ella le subía el vestido para meter las manos por debajo. ______ no habló y
Tom, dándole la vuelta, la colocó de cara a él, mientras el otro hombre se
agachaba, seguramente para mordisquearle el trasero.
Conmocionado por lo que de pronto la cercanía de aquella irritante
mujer le hacía sentir, decidió no abrir la boca. Si hablaba, con seguridad
_______ reconocería su voz y el morboso juego se acabaría. Las manos de ella
subieron a su cuello y pronto sus labios comenzaron a repartir cientos de
morbosos besos y mordiscos por su cuerpo.
Tom cerró los ojos y lo disfrutó y cuando su instinto animal le pidió
más y la cogió de la nuca para besarla, ella se echó hacia atrás y murmuró:
—No.
Él cedió. Deseaba besarla, pero se contuvo.
Cuando ______ volvió a pasear la boca por su cuello y le dio de nuevo
dulces mordiscos, no pudo contenerse y, a pesar de su negativa, acercó su
boca a la suya y la besó. En un principio, ella se quedó parada y,
retirándose, susurró:
—No.
Pero de nada le sirvió. Con exigencia, él atrapó sus labios con los
suyos y la devoró. Metió su lengua en aquella sensual boca y la besó con
deleite, sin importarle las consecuencias.

_____, a quien no habían besado desde que Mike murió, intentó
resistirse a aquel beso, pero ante aquel ímpetu, su voluntad cedió y dejó
que aquel desconocido la besara a oscuras y profundizara en ella. Abrió la
boca y se dejó explorar mientras un gemido de satisfacción le salía del
alma. Hacía tanto que nadie la besaba así, que su voluntad se anuló y
disfrutó de la experiencia.
Aquel tipo besaba muy bien. Y lo que era más: ahora era ella la que
profundizaba en su beso y se pegaba a él con desesperación. Le gustaba
cómo sus grandes manos la apretaban contra su cuerpo. La cautivaba su
olor y la atraía cómo le exigía y dominaba sólo con un simple beso.
Disfrutaba..., pero de pronto comenzó a sonar una suave música
romántica y el recuerdo de Mike regresó a ella. Separándose del hombre
con furia, salió del cuarto oscuro. Tom maldijo. ¿Qué había ocurrido? La
boca de ella lo había seducido y quería más. La deseaba. Por ello y
jugándoselo todo, la siguió, pero al llegar a la barra, de nuevo estaba
rodeada de hombres.
No se acercó. Simplemente se dedicó a observar con descaro hasta que
sus ojos se encontraron. _____, al verlo, se sorprendió y no supo si reír o
llorar. ¿Qué hacía allí aquel idiota?
Pero levantándose del taburete, se acercó a él y preguntó en tono
jocoso:
—¿Tú por aquí?
Tom sonrió.
—Lo curioso es verte a ti por aquí... y sola.
—¿Algún problema porque esté... sola?
—No es buen sitio para venir... sola.
—¿Por qué, nene? —lo retó ella.
Él fue a responder cuando _____ añadió:
—Éste es un local donde la gente viene a lo que viene, ¿no crees?
—Lo sé, nena..., pero tienes que tener cuidadito.
—Sola me las apaño muy bien.
—¿Seguro?
—Segurísimo.
Sin un ápice de vergüenza, ella miró a los hombres que la esperaban
en la barra y agregó:
—Precisamente no estoy sola. Como he dicho, tenía una cita con unos
amigos y, como verás, no es nada romántico.
Tom, mirándola, al recordar, dijo:
—Siento lo que he dicho. Cuando te has ido, Judith me ha explicado
lo de tu marido.
Sorprendida por cómo la miraba, ______ contestó sin cambiar el gesto:
—Cosas de la vida...
Durante varios minutos, ambos estuvieron callados, hasta que ella
hizo ademán de marcharse. Él la sujetó y, acercándose, murmuró en un
tono ronco y sensual:
—¿Adónde vas?
—Me esperan, ¿no lo ves?
Tom miró a los hombres que los observaban y, sin ganas de soltarla,
acercó la boca a su oído y murmuró:
—Hueles a fresas y a mí me encanta comerlas con chocolate.
Clavando su mirada en él, con el corazón a mil por lo que aquella
intensa mirada quería decir, ella repuso:
—Me alegro por ti.
Sin darse por vencido, insistió:
—Sí quieres, tú y yo...
_____ rápidamente identificó el aroma de él con el olor del hombre que
la había besado y tocado en el cuarto oscuro y con un agrio tono de voz,
siseó:
Pínsipe... tú ya has jugado conmigo todo lo que tenías que jugar.
Con chulería, Tom murmuró sin separarse de ella:
—No siento lo del beso.
—Pues deberías sentirlo.
En un tono de voz bajo e íntimo, él añadió:
—Me ha encantado tu boca y estoy seguro de que me encantaría tu
cuerpo y a ti el mío. No sé por qué te resistes, preciosa... Somos adultos,
estamos en este local y ambos sabemos a lo que se juega aquí.
Agitada, ______ lo miró.
La intensidad de su mirada y las cosas que le decía la excitaban.
Pensar en Tom, en aquel hombre de tentadores labios chupando su cuerpo
como si fuera una fresa con chocolate, la excitó. Le temblaron las piernas
al imaginar cómo la poseería, pero sin querer dar su brazo a torcer con
aquel tocapelotas, replicó:
—Te has saltado una de las normas del club. Me has besado. Has
hecho algo sin mi permiso y podría hacer que te echaran, lo sabes,
¿verdad?
—Sí —murmuró él, paseando su boca por el cuello de ella. Se negaba
a dejarla marchar—. Pero aunque me cueste, reconozco que ha merecido la
pena saltarse la norma.
Cautivada por la sensualidad que emanaba él por los cuatro costados,
mientras la acariciaba intentó dar un paso atrás para apartarse, pero Tom
no la dejó y murmuró mientras su mano pasaba por sus posaderas con
tensión.
—Te aseguro que si tú y yo entramos en uno de esos reservados, te
voy a dejar más que satisfecha.
—Lo dudo, capullo.
Él sonrió.
—No lo dudes, nena.
—¿Dónde te has dejado las cadenas? —Y al ver cómo la miraba,
añadió con mofa—: Lo digo por lo de fantasma. ¡Serás creído!
Tom, acercándose a su boca, murmuró:
—No, cariño, no soy fantasma. Echa un vistazo a tu alrededor y dime
qué mujer no me mira con deseo. Todas me quieren entre sus piernas.
Todas quieren que las haga chillar de placer y me las folle. Todas...
—Todas no —lo cortó ella—. Yo no. Eres demasiado prepotente para
lo que busco.
Divertido por la conversación y sin permitirle retroceder ni un
milímetro, insistió:
—¿Estar seguro de uno mismo es ser prepotente? —Ella no respondió
—. Vaya, querida _______, pues entonces creo que ambos somos prepotentes...
y tontos.
Ahora la que sonreía era ella. Con una cautivadora sonrisa, acercó su
boca a la de él y tras permitirse pasarla por encima para volverlo loco,
siseó:
—No te deseo.
—Mientes, Superwoman, y lo sabes. Tu piel se excita cuando la toco y
tus ojos me miran ardientes de deseo. Sabes que te volvería loca de placer
y eso...
—¡Serás creído...!
—Seguro que si meto mi mano entre tus piernas estás húmeda,
¿verdad?
Tenía razón. Estaba muy húmeda y excitada. Aquella cercanía, aquel
hombre y sus palabras la tenían cardíaca, pero no dispuesta a caer bajo su
influjo, siseó:
—¿Qué tal si me sueltas para que pueda ir a pasarlo bien?
—¿Quizá otro día?
______ negó con la cabeza y susurró:
—Ni hoy ni nunca. Soy muy selectiva con los hombres a los que
permito meter sus manos entre mis piernas. No me vale cualquiera y tú...
no me vales.
Tom la soltó como si se quemara. Sus palabras no le gustaban.
Apartó las manos de su trasero y ella, guiñándole un ojo, murmuró antes de
marcharse:
—Pásalo bien..., nene.
Sin moverse de su sitio, Tom vio cómo ella se acercaba al grupo que
la esperaba y charlaba con ellos. Él dio un trago a su bebida y maldijo. Era
la primera vez en su vida que una mujer le daba calabazas. Pero eso no era
lo malo. Lo malo era que era la primera vez en su vida que él deseaba con
ansia a una mujer y no la conseguía.
Sin quitarle la vista de encima, observó cómo se encaminaba hacia los
reservados con dos hombres sin mirarlo siquiera. Lo ninguneaba. Eso lo
mosqueó, y pidió otro whisky al camarero. Instantes después, varios
amigos se unieron a él e intentó no pensar en lo que ocurría tras aquellos
cortinajes.
Pero media hora más tarde no pudo más y se encaminó hacia allá.
Rápidamente supo dónde estaba ella. Sonaba la música de Bon Jovi y,
ofuscado, abrió la cortina para observar.
En un jacuzzi redondo, _______ se divertía mientras los hombres que
había elegido le daban placer. Como si le hubieran pegado los pies al suelo,
Tom se quedó allí durante un buen rato, hasta que su mirada y la de ella se
cruzaron y, sin tocarla, sólo con mirarla, sintió que su pene iba a reventar.
Aquella descarada debía de esperarlo, porque no llevaba ninguna
venda y, entre gemidos de placer, clavó sus bonitos ojos negros en él y
sonrió con malicia, mientras era penetrada con entusiasmo por dos
hombres. Tom quiso marcharse de allí, pero no pudo.
Deseaba oírla...
Y se moría por poseerla...
Pero eso era imposible. Al final, ofuscado, se fue del reservado y
decidió montar su propia fiesta. En la sala, dos amigas se animaron
rápidamente a entrar en un reservado con él, y allí disfrutó de otros cuerpos
mientras en la mente sólo la tenía a ella.

Días después, volvieron a coincidir. En esta ocasión, ______ estaba
rodeada por varios hombres en la barra y, sin ningún disimulo, Tom se
acercó hasta ellos para escuchar lo que decían.
Todos querían ser los elegidos por ______.
Todos le regalaban los oídos.
Todos se morían por jugar con ella.
________ cogió a dos de la mano y se los llevó a un reservado, donde poco
después se oyó la voz de Bon Jovi.

En otra ocasión, otra noche, _______ estaba sola en la barra. Los hombres
se le aproximaban, pero ella los echaba de su lado. Tom no se acercó, se
mantuvo a distancia y sus miradas, como siempre, se encontraron. Por
norma, se miraban con desafío, pero esa vez ambos supieron que lo hacían
con deseo.
Dos parejas se acercaron a Tom y se sentaron a su lado. Él los invitó
a una copa mientras, sorprendido, observaba cómo ______ aquella noche no le
quitaba ojo de encima. Eso lo calentó y lo hizo sentirse bien. Por fin había
atraído totalmente su atención.
En un momento dado, sus miradas se volvieron a encontrar y ella
sonrió con sensualidad. Tom le devolvió la sonrisa para después
desaparecer con las parejas en un reservado.
Durante un buen rato, estuvo atento para ver si oía la música heavy,
pero no fue así y le extrañó. Cuando salió del reservado, ella no estaba en
el local. Se había ido.

Una semana después, tras unos días sin verse, volvieron a coincidir en
el local. Esta vez Tom la miró con deseo. No había podido borrar de su
mente cómo ella lo miraba aquel día y con sólo pensarlo se calentaba.
Como era de esperar, ______ al verlo sonrió y el juego de miradas comenzó, y
cuando Tom creyó que ya lo tenía todo ganado, ella se levantó y, tras
guiñarle un ojo a una pareja que tenía delante, desapareció tras los
cortinajes.
Así pasaron dos semanas más.

Muchos jueves y sábados por la noche ambos acudían al local. Tom
nunca estaba solo y ______ pudo comprobar cómo las mujeres revoloteaban
enloquecidas a su alrededor en busca de ser las elegidas. Y aunque al
principio esas actitudes no la molestaban, de pronto, pasados los días,
comenzó a sentir cierta aprensión por ello. ¿Qué le ocurría?
Cada jueves y sábado se miraban, se calentaban, se retaban, para luego
entrar cada uno en un reservado diferente para gozar del sexo. El problema
era que ya ninguno disfrutaba lo que antes deseaba, una vez se cerraba el
cortinaje del reservado, la diversión se acababa.

Pero un sábado, tras controlarse mutuamente durante más de una hora,
cuando Tom, ofuscado, se marchó del brazo de dos mujeres, _____ lo
siguió. Vio que entraba en una de las salas donde había varias camas y un
jacuzzi y que rápidamente comenzaba a jugar.
Decidida, ______ regresó a la sala y, tras elegir a dos hombres, volvió a
entrar donde estaba Tom. Una vez dentro, lo vio entregado al deleite con
aquellas mujeres y decidió hacer lo mismo. Se tumbó en la cama de
enfrente y cuando se aseguró de que la había visto, se entregó al disfrute de
sus dos hombres sin vendarse los ojos.
Tom, al verla, ya no pudo concentrarse en lo que estaba haciendo.
Las mujeres con las que estaba eran deliciosas, tentadoras, ardientes, pero
para sus ojos ya sólo existió ella. Mientras penetraba a una de las mujeres,
que, enloquecida, se movía debajo de él, y la otra le mordisqueaba gustosa
el abdomen esperando su turno, él miraba al frente, donde ______, sentada a
horcajadas sobre un hombre, buscaba su propio placer moviendo las
caderas mientras un segundo la tocaba deseoso de penetrarla.
______ sentía en su propio cuerpo cada acometida de Tom a la mujer.
Tom percibía cada movimiento de _____ con el hombre, y ello lo hacía
jadear.
La tensión sexual no resuelta los estaba matando.
Ambos lo sabían.
Sus miradas lo gritaban.
Sus cuerpos lo demandaban.
Y el morbo del momento fue el que originó que, sin acercarse ni
tocarse, se sintieran el uno en el cuerpo del otro.


HOLA ... YA SE VIERON!!! YA SABEN 4 O MAS Y AGREGO ADIOS :)))

5 comentarios:

  1. O.o estos son umos sexosos!!
    Al fin ya saben a lo que juegan"!
    Yo muero porque jueguen juntos *.*

    Siguelaaaaa Virgiiii .. Esta buenizimaaaaaaa SUBE!!

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  2. Ajajaj que juego el de ellos
    Ya veo que casi les toca estar juntos ajajajaj
    Sube pronto :)

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  3. Ay por dios que me muero de la risa, me encanta sami, es un amor de niña, y tengo unas ganas de que _____ y tom estén juntossss��������

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  4. :O:O ya se vieroooon que buenoooooo, hay ya quiero que estén juntos y que sea super ardienteeee!!!! hay están celosos los 2 jajaja como que se empiezan a gustar y eso si que me da mucha alegría, quiero los próximos caps hoy mismo virgiii pleaseee!!!

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