10
El viernes por la tarde, ______
llamó a Judith y quedó en ir a su casa para
darse un bañito en la
maravillosa piscina climatizada que tenían. Cuando
llegó con Samantha, la
pequeña se volvió loca y, tras inflarle los manguitos
rosa, ______ la metió en
el agua con ella.
Divertida, observó cómo
su pequeña chapoteaba en la piscina y la
animó. —Vamos, cariño,
mueve los bracitos.
Sami, que en la guardería
iba a clases de natación, rápidamente hizo
lo que ella le pedía y
Judith, que las observaba sentada en el borde con sus
hijos, aplaudió.
—Muy biennnnn, Sami, ¡nadas
muy bien!
—¿Puedo sujetarla yo? —peguntó
Flyn, uno de los hijos de Judith,
metiéndose en el agua.
—Claro, cariño. Ven...,
ponte aquí —asintió ______.
Encantada, observó cómo
aquel jovencito sujetaba a su hija y se
deleitó con la sonrisa de
ambos. Pasadas unas horas, en las que disfrutaron
de la piscina, la puerta
se abrió y aparecieron Bill, el marido de Judith,
acompañado por su amigo Tom.
Éste, al ver a _______,
frunció el cejo. Sin duda alguna, en cuanto se
percatara de su presencia
lo pondría de los nervios y así fue. Nada más
verlo, ella sonrió y
dijo:
—Vaya..., llegó el
atropellamujeres.
Todos sonrieron y Tom, de
humor, repuso:
—Venga, no disimules, guapa. Me
viste y te tiraste sobre mi precioso
coche para llamar mi
atención.
______ al oír eso, levantó
una ceja y replicó:
—Ya te gustaría a ti,
nene.
Sin cortarse, él sonrió.
—Lo dudo, nena.
—Tom, ¿te metes en la
piscina conmigo? —pidió Flyn.
Él, mirando al pequeño de
ojos achinados, respondió:
—No, ahora no.
—¿No sabes nadar, capullín?
—se mofó _______. Y tendiéndole los
manguitos rosa de
princesas de su hija, añadió—: Ten, Sami te los presta.
Judith soltó una
carcajada. Lo de aquellos dos comenzaba a ser
divertido y mirando a Tom
fue a decir algo cuando su maravilloso marido
la agarró por la cintura.
—Hola, pequeña.
—Hola, grandullón.
Y sin importarles los demás,
se besaron con auténtica pasión, hasta
que Tom dijo:
—Venga ya, idos a la
habitación, por favorrrrrrrrrrrr.
______ al oírlo, sonrió.
Pensaba lo mismo que él, pero no tenía
intenciones de decirlo.
—Sami, ahora vas a ser
buena y mientras mamá se viste no te vas a
meter más en la piscina, ¿vale?
—le advirtió a su pequeña después de
cambiarle el bañador y
colocarle la corona.
La niña negó con la
cabeza y ella, riendo con complicidad, preguntó:
—¿Te vas a volver a meter
en el agua?
La pequeña asintió y
corrió hacia el lateral de la piscina donde estaba
Flyn.
—Sami, ven aquí, que no
llevas los manguitos —la llamó ______.
Pero la niña, divertida,
siguió corriendo y ______ y Judith se levantaron y
corrieron tras ella. Tom
y Bill observaban al pequeño Eric, que dormía en
su sillita tan feliz.
—¿Qué te parece cómo
duerme tu ahijado? —preguntó el orgulloso
padre.
—¡Joderrrrrrrrr! —soltó
de pronto Tom.
Bill, al ver la cara de
su amigo, miró hacia las mujeres, que reían a
carcajadas, y preguntó:
—¿Qué ocurre?
Boquiabierto, Tom no se
movió. Sólo podía mirar sorprendido el
tatuaje que _______ tenía
en la espalda y, quitándose la chaqueta, dijo:
—Creo haber visto ese
tatuaje en otro lugar.
—¿Dónde? —preguntó Bill.
Tom sin quitar los ojos
de la joven, murmuró para que no lo oyera
nadie excepto su amigo:
—Si te lo digo no te lo
crees.
En ese momento, el pequeño
Eric se despertó y la atención de su padre
fue totalmente para él. Bill
adoraba a su hijo, y mientras se prodigaba en
cientos de mimos, Tom
continuaba mirando a ______. De pronto, su
rompecabezas encajó.
Aquel cuerpo moreno y fibroso, unido al tatuaje y la
música de Bon Jovi, no le
dejaba la más mínima duda de que era ella.
Sorprendido por lo que
había descubierto, no podía dejar de mirarla.
Nunca lo habría
imaginado. Cuando ellas llegaron hasta donde estaban
ellos, ______, con su
hija en brazos, dijo:
—Vamos, cariño, nos
tenemos que ir a casita.
—Noooooooo —chilló la
pequeña, agarrándose a Flyn.
—No se quiere ir, ______...
Quiere nadar un ratito más —comentó el
niño.
—Agua... más pischina
—insistió
Sami.
______ sonrió al oír a su
hija. Aquella lengua de trapo le encantaba, pero
mirándola directamente a
los ojos, la apremió:
—Sami, nos tenemos que
marchar.
La niña se resistió y
volvió a gritar:
—Noooo, pischina.
—Sami, venga... Te pondré
dibujos en casita, ¿quieres? —insistió
para convencerla.
—Noooooooooo.
Tom, al ver la rebeldía
de la pequeña, acercándose a ella se agachó e
intentó convencerla:
—Sami, las princesas son
buenas y obedientes. Haz caso a tu mamá.
La niña lo miró y, con un
gracioso gesto, preguntó:
—¿Tú, pínsipe?
Tom sonrió. ______ soltó
una carcajada y murmuró:
—Sí, pero de las
Tinieblas. Vamos, Sami.
Todos rieron excepto él y
Bill preguntó:
—¿Por qué te vas tan
pronto?
______, con su hija algo
más calmada, recogió sus cosas y respondió:
—Esta noche tengo planes.
Pero antes quiero bañar a Sami, darle de
cenar y acostarla.
—¿Cenita romántica con tu
maridito? —aventuró Tom.
Los ojos de _______ lo
taladraron y tras cruzar una significativa mirada
con Judith, respondió,
mientras se ponía los vaqueros y una camiseta.
—Digamos que es sólo
diversión.
______ se percató de que Tom
no le quitaba ojo y plantándole cara,
inquirió:
—¿Por qué me miras así?
—Porque quiero.
—¿Tengo monos en la cara?
—No.
—Entonces, ¿por qué no me
quitas ojo?
Él sonrió y, acercándose
a ella, cuchicheó en su oído:
—Me gusta mirar los
bichos raros.
—¿Me acabas de llamar
bicho raro? —Tom asintió y ella murmuró
—: Desde luego, qué borde
eres, hijo mío.
—Gracias, mamá, me gusta
saberlo.
—Lo último que querría
ser es la madre de un becerro.
—¿Me acabas de llamar
becerro? —Ella sonrió y Tom repuso—: ¿Tú
tienes salidas para todo?
—No lo dudes..., capullo.
Molesto porque ella no
callaba y lo sacaba de sus casillas, fue a decir
algo cuando Judith, al
ver que se retaban con la mirada, preguntó:
—Pero ¿qué os ocurre
ahora?
—Aquí, el pínsipe, ¡que
se cree lo más! —contestó ______ mientras le
ponía un jersey a su
hija.
Al oírla, Tom achinó los
ojos y dijo:
—Habló la novia de Thor. ¿Dónde
tienes el martillo, guapa?
______ cerró los ojos.
Aquel hombre era insoportable y con gesto
contrariado, siseó:
—Me acabas de ofender,
pedazo de tonto.
—¿Por llamarte la novia
de Thor?
—No, por llamarme bicho
raro.
Bill soltó una carcajada.
Desde luego, aquella mujer había
sorprendido mucho a su
amigo. Judith intervino en defensa de ella:
—¿Acabas de llamar bicho
raro a ______?
—Ni caso. Éste es tonto y
como encuentre el martillo de mi famoso
novio, se lo estampo en
la cabeza sin piedad —contestó la aludida.
La pequeña Sami miró a Tom
y, con su media lengua, repitió,
señalándolo con el
dedito:
—Tonto. Tú, pinsipe
tonto.
El tono de voz de la
pequeña lo hizo reír y mirando a la madre,
murmuró:
—No puedes negar que es
hija tuya.
Eso hizo reír también a ______,
que mientras le ponía el gorrito a su hija
añadió:
—Así me gusta, cariño.
Que los identifiques desde pequeña.
Quince minutos después,
la joven se subió a su utilitario y se marchó.
Cuando Judith cerró la
puerta de su casa, miró a Tom a los ojos y
preguntó:
—¿Cómo puedes ser tan
tonto?
—¿Tú también con eso? —se
mofó él.
Tras mirar a su marido,
que la observaba con su pequeño hijo en los
brazos, Judith le aclaró
a Tom:
—______ es en cierto modo
viuda. ¡Bocazas!
Bill y Tom se
sorprendieron ante aquella noticia y Judith, quitándole
a Bill el bebé de los
brazos, agregó antes de marcharse:
—De verdad, Tom, qué poco
oportuno has sido esta vez.
Cuando ella se alejó, un
descolocado Tom miró a su amigo y
murmuró:
—Joder, tío, no lo sabía.
¿Tú sí?
—No.
—¿Qué te ha contado
Judith de ella?
Asombrado por aquel
repentino interés por la joven que lo sacaba de
sus casillas, Bill le
puso una mano en el hombro y dijo:
—Lo siento, James Bond,
pero realmente Jud nunca me ha hablado de
la novia de Thor.
Ambos rieron y, deseoso
de cambiar de tema, Tom propuso:
—Vamos, invítame a tomar
un whisky de los que me gustan... Y como
me vuelvas a llamar James
Bond, vamos a tener más que palabras.
Tras cenar esa noche en
casa de sus amigos, Tom decidió pasar por
su casa para cambiarse de
ropa y luego acudir a cierto local. Quizá, con un
poco de suerte, allí podría
despejar sus dudas sobre aquella joven.
11
Aquella noche, al llegar
al Sensations, Tom se acercó a la barra. Por
norma, nunca llegaba tan
pronto, pero ese día quería ver si ______, la
enigmática amiga de Jud,
aparecía por allí. Durante más de una hora, habló
con varias mujeres. Locas
por sentirse especiales, todas lo miraban
deseosas de ser la
elegida esa noche, pero él no podía apartar sus ojos de la
entrada.Y
de pronto la vio.
Allí estaba ella, subida
a unos impresionantes tacones y con un
ajustado vestido negro.
Parapetado tras dos mujeres, ella no lo vio y él
pudo seguir todos sus
movimientos.
La vio llegar hasta la
barra e, instantes después, observó cómo varios
hombres la rodearon. Su
campo de visión se restringió y eso lo molestó.
Durante varios minutos,
intentó localizarla con la mirada, pero allí sentado
le era imposible. Y
cuando vio que ella entraba en el cuarto oscuro, no lo
dudó y, cogiendo de la
mano a una de las mujeres con las que estaba, entró
también.
La oscuridad en un
principio lo cegó. En aquel cuarto apenas se podía
distinguir nada. No había
música y sólo se oían gemidos. Cuando sus ojos
se acostumbraron a la
oscuridad del lugar, la localizó y se acercó a ella.
Soltándose de la mujer
que lo acompañaba, ancló sus manos en la cintura
de ______ y su olor lo
impregnó.
Olía a fresa. Eso le gustó.
Mientras la pegaba a él,
notó cómo el hombre que había entrado junto
a ella le subía el
vestido para meter las manos por debajo. ______ no habló y
Tom, dándole la vuelta,
la colocó de cara a él, mientras el otro hombre se
agachaba, seguramente
para mordisquearle el trasero.
Conmocionado por lo que
de pronto la cercanía de aquella irritante
mujer le hacía sentir,
decidió no abrir la boca. Si hablaba, con seguridad
_______ reconocería su
voz y el morboso juego se acabaría. Las manos de ella
subieron a su cuello y
pronto sus labios comenzaron a repartir cientos de
morbosos besos y
mordiscos por su cuerpo.
Tom cerró los ojos y lo
disfrutó y cuando su instinto animal le pidió
más y la cogió de la nuca
para besarla, ella se echó hacia atrás y murmuró:
—No.
Él cedió. Deseaba
besarla, pero se contuvo.
Cuando ______ volvió a
pasear la boca por su cuello y le dio de nuevo
dulces mordiscos, no pudo
contenerse y, a pesar de su negativa, acercó su
boca a la suya y la besó.
En un principio, ella se quedó parada y,
retirándose, susurró:
—No.
Pero de nada le sirvió.
Con exigencia, él atrapó sus labios con los
suyos y la devoró. Metió
su lengua en aquella sensual boca y la besó con
deleite, sin importarle
las consecuencias.
_____, a quien no habían
besado desde que Mike murió, intentó
resistirse a aquel beso,
pero ante aquel ímpetu, su voluntad cedió y dejó
que aquel desconocido la
besara a oscuras y profundizara en ella. Abrió la
boca y se dejó explorar
mientras un gemido de satisfacción le salía del
alma. Hacía tanto que
nadie la besaba así, que su voluntad se anuló y
disfrutó de la
experiencia.
Aquel tipo besaba muy
bien. Y lo que era más: ahora era ella la que
profundizaba en su beso y
se pegaba a él con desesperación. Le gustaba
cómo sus grandes manos la
apretaban contra su cuerpo. La cautivaba su
olor y la atraía cómo le
exigía y dominaba sólo con un simple beso.
Disfrutaba..., pero de
pronto comenzó a sonar una suave música
romántica y el recuerdo
de Mike regresó a ella. Separándose del hombre
con furia, salió del
cuarto oscuro. Tom maldijo. ¿Qué había ocurrido? La
boca de ella lo había
seducido y quería más. La deseaba. Por ello y
jugándoselo todo, la
siguió, pero al llegar a la barra, de nuevo estaba
rodeada de hombres.
No se acercó. Simplemente
se dedicó a observar con descaro hasta que
sus ojos se encontraron. _____,
al verlo, se sorprendió y no supo si reír o
llorar. ¿Qué hacía allí
aquel idiota?
Pero levantándose del
taburete, se acercó a él y preguntó en tono
jocoso:
—¿Tú por aquí?
Tom sonrió.
—Lo curioso es verte a ti
por aquí... y sola.
—¿Algún problema porque
esté... sola?
—No es buen sitio para
venir... sola.
—¿Por qué, nene? —lo retó
ella.
Él fue a responder cuando
_____ añadió:
—Éste es un local donde
la gente viene a lo que viene, ¿no crees?
—Lo sé, nena...,
pero tienes que tener cuidadito.
—Sola me las apaño muy
bien.
—¿Seguro?
—Segurísimo.
Sin un ápice de vergüenza,
ella miró a los hombres que la esperaban
en la barra y agregó:
—Precisamente no estoy
sola. Como he dicho, tenía una cita con unos
amigos y, como verás, no
es nada romántico.
Tom, mirándola, al
recordar, dijo:
—Siento lo que he dicho.
Cuando te has ido, Judith me ha explicado
lo de tu marido.
Sorprendida por cómo la
miraba, ______ contestó sin cambiar el gesto:
—Cosas de la vida...
Durante varios minutos,
ambos estuvieron callados, hasta que ella
hizo ademán de marcharse.
Él la sujetó y, acercándose, murmuró en un
tono ronco y sensual:
—¿Adónde vas?
—Me esperan, ¿no lo ves?
Tom miró a los hombres
que los observaban y, sin ganas de soltarla,
acercó la boca a su oído
y murmuró:
—Hueles a fresas y a mí
me encanta comerlas con chocolate.
Clavando su mirada en él,
con el corazón a mil por lo que aquella
intensa mirada quería
decir, ella repuso:
—Me alegro por ti.
Sin darse por vencido,
insistió:
—Sí quieres, tú y yo...
_____ rápidamente
identificó el aroma de él con el olor del hombre que
la había besado y tocado
en el cuarto oscuro y con un agrio tono de voz,
siseó:
—Pínsipe... tú
ya has jugado conmigo todo lo que tenías que jugar.
Con chulería, Tom murmuró
sin separarse de ella:
—No siento lo del beso.
—Pues deberías sentirlo.
En un tono de voz bajo e íntimo,
él añadió:
—Me ha encantado tu boca
y estoy seguro de que me encantaría tu
cuerpo y a ti el mío. No
sé por qué te resistes, preciosa... Somos adultos,
estamos en este local y
ambos sabemos a lo que se juega aquí.
Agitada, ______ lo miró.
La intensidad de su
mirada y las cosas que le decía la excitaban.
Pensar en Tom, en aquel
hombre de tentadores labios chupando su cuerpo
como si fuera una fresa
con chocolate, la excitó. Le temblaron las piernas
al imaginar cómo la
poseería, pero sin querer dar su brazo a torcer con
aquel tocapelotas, replicó:
—Te has saltado una de
las normas del club. Me has besado. Has
hecho algo sin mi permiso
y podría hacer que te echaran, lo sabes,
¿verdad?
—Sí —murmuró él, paseando
su boca por el cuello de ella. Se negaba
a dejarla marchar—. Pero
aunque me cueste, reconozco que ha merecido la
pena saltarse la norma.
Cautivada por la sensualidad
que emanaba él por los cuatro costados,
mientras la acariciaba
intentó dar un paso atrás para apartarse, pero Tom
no la dejó y murmuró
mientras su mano pasaba por sus posaderas con
tensión.
—Te aseguro que si tú y
yo entramos en uno de esos reservados, te
voy a dejar más que
satisfecha.
—Lo dudo, capullo.
Él sonrió.
—No lo dudes, nena.
—¿Dónde te has dejado las
cadenas? —Y al ver cómo la miraba,
añadió con mofa—: Lo digo
por lo de fantasma. ¡Serás creído!
Tom, acercándose a su
boca, murmuró:
—No, cariño, no soy
fantasma. Echa un vistazo a tu alrededor y dime
qué mujer no me mira con
deseo. Todas me quieren entre sus piernas.
Todas quieren que las
haga chillar de placer y me las folle. Todas...
—Todas no —lo cortó ella—.
Yo no. Eres demasiado prepotente para
lo que busco.
Divertido por la
conversación y sin permitirle retroceder ni un
milímetro, insistió:
—¿Estar seguro de uno
mismo es ser prepotente? —Ella no respondió
—. Vaya, querida _______,
pues entonces creo que ambos somos prepotentes...
y tontos.
Ahora la que sonreía era
ella. Con una cautivadora sonrisa, acercó su
boca a la de él y tras
permitirse pasarla por encima para volverlo loco,
siseó:
—No te deseo.
—Mientes, Superwoman, y
lo sabes. Tu piel se excita cuando la toco y
tus ojos me miran ardientes
de deseo. Sabes que te volvería loca de placer
y eso...
—¡Serás creído...!
—Seguro que si meto mi
mano entre tus piernas estás húmeda,
¿verdad?
Tenía razón. Estaba muy húmeda
y excitada. Aquella cercanía, aquel
hombre y sus palabras la
tenían cardíaca, pero no dispuesta a caer bajo su
influjo, siseó:
—¿Qué tal si me sueltas
para que pueda ir a pasarlo bien?
—¿Quizá otro día?
______ negó con la cabeza
y susurró:
—Ni hoy ni nunca. Soy muy
selectiva con los hombres a los que
permito meter sus manos
entre mis piernas. No me vale cualquiera y tú...
no me vales.
Tom la soltó como si se
quemara. Sus palabras no le gustaban.
Apartó las manos de su
trasero y ella, guiñándole un ojo, murmuró antes de
marcharse:
—Pásalo bien..., nene.
Sin moverse de su sitio, Tom
vio cómo ella se acercaba al grupo que
la esperaba y charlaba
con ellos. Él dio un trago a su bebida y maldijo. Era
la primera vez en su vida
que una mujer le daba calabazas. Pero eso no era
lo malo. Lo malo era que
era la primera vez en su vida que él deseaba con
ansia a una mujer y no la
conseguía.
Sin quitarle la vista de
encima, observó cómo se encaminaba hacia los
reservados con dos
hombres sin mirarlo siquiera. Lo ninguneaba. Eso lo
mosqueó, y pidió otro
whisky al camarero. Instantes después, varios
amigos se unieron a él e
intentó no pensar en lo que ocurría tras aquellos
cortinajes.
Pero media hora más tarde
no pudo más y se encaminó hacia allá.
Rápidamente supo dónde
estaba ella. Sonaba la música de Bon Jovi y,
ofuscado, abrió la
cortina para observar.
En un jacuzzi redondo, _______
se divertía mientras los hombres que
había elegido le daban
placer. Como si le hubieran pegado los pies al suelo,
Tom se quedó allí durante
un buen rato, hasta que su mirada y la de ella se
cruzaron y, sin tocarla,
sólo con mirarla, sintió que su pene iba a reventar.
Aquella descarada debía
de esperarlo, porque no llevaba ninguna
venda y, entre gemidos de
placer, clavó sus bonitos ojos negros en él y
sonrió con malicia,
mientras era penetrada con entusiasmo por dos
hombres. Tom quiso
marcharse de allí, pero no pudo.
Deseaba oírla...
Y se moría por
poseerla...
Pero eso era imposible.
Al final, ofuscado, se fue del reservado y
decidió montar su propia
fiesta. En la sala, dos amigas se animaron
rápidamente a entrar en
un reservado con él, y allí disfrutó de otros cuerpos
mientras en la mente sólo
la tenía a ella.
Días después, volvieron a
coincidir. En esta ocasión, ______ estaba
rodeada por varios
hombres en la barra y, sin ningún disimulo, Tom se
acercó hasta ellos para escuchar
lo que decían.
Todos querían ser los
elegidos por ______.
Todos le regalaban los oídos.
Todos se morían por jugar
con ella.
________ cogió a dos de
la mano y se los llevó a un reservado, donde poco
después se oyó la voz de
Bon Jovi.
En otra ocasión, otra noche,
_______ estaba sola en la barra. Los hombres
se le aproximaban, pero
ella los echaba de su lado. Tom no se acercó, se
mantuvo a distancia y sus
miradas, como siempre, se encontraron. Por
norma, se miraban con
desafío, pero esa vez ambos supieron que lo hacían
con deseo.
Dos parejas se acercaron
a Tom y se sentaron a su lado. Él los invitó
a una copa mientras,
sorprendido, observaba cómo ______ aquella noche no le
quitaba ojo de encima.
Eso lo calentó y lo hizo sentirse bien. Por fin había
atraído totalmente su
atención.
En un momento dado, sus
miradas se volvieron a encontrar y ella
sonrió con sensualidad. Tom
le devolvió la sonrisa para después
desaparecer con las
parejas en un reservado.
Durante un buen rato,
estuvo atento para ver si oía la música heavy,
pero no fue así y le
extrañó. Cuando salió del reservado, ella no estaba en
el local. Se había ido.
Una semana después, tras
unos días sin verse, volvieron a coincidir en
el local. Esta vez Tom la
miró con deseo. No había podido borrar de su
mente cómo ella lo miraba
aquel día y con sólo pensarlo se calentaba.
Como era de esperar, ______
al verlo sonrió y el juego de miradas comenzó, y
cuando Tom creyó que ya
lo tenía todo ganado, ella se levantó y, tras
guiñarle un ojo a una
pareja que tenía delante, desapareció tras los
cortinajes.
Así pasaron dos semanas más.
Muchos jueves y sábados
por la noche ambos acudían al local. Tom
nunca estaba solo y ______
pudo comprobar cómo las mujeres revoloteaban
enloquecidas a su
alrededor en busca de ser las elegidas. Y aunque al
principio esas actitudes
no la molestaban, de pronto, pasados los días,
comenzó a sentir cierta
aprensión por ello. ¿Qué le ocurría?
Cada jueves y sábado se
miraban, se calentaban, se retaban, para luego
entrar cada uno en un
reservado diferente para gozar del sexo. El problema
era que ya ninguno
disfrutaba lo que antes deseaba, una vez se cerraba el
cortinaje del reservado,
la diversión se acababa.
Pero un sábado, tras
controlarse mutuamente durante más de una hora,
cuando Tom, ofuscado, se
marchó del brazo de dos mujeres, _____ lo
siguió. Vio que entraba
en una de las salas donde había varias camas y un
jacuzzi y que rápidamente
comenzaba a jugar.
Decidida, ______ regresó
a la sala y, tras elegir a dos hombres, volvió a
entrar donde estaba Tom.
Una vez dentro, lo vio entregado al deleite con
aquellas mujeres y decidió
hacer lo mismo. Se tumbó en la cama de
enfrente y cuando se
aseguró de que la había visto, se entregó al disfrute de
sus dos hombres sin
vendarse los ojos.
Tom, al verla, ya no pudo
concentrarse en lo que estaba haciendo.
Las mujeres con las que
estaba eran deliciosas, tentadoras, ardientes, pero
para sus ojos ya sólo
existió ella. Mientras penetraba a una de las mujeres,
que, enloquecida, se movía
debajo de él, y la otra le mordisqueaba gustosa
el abdomen esperando su
turno, él miraba al frente, donde ______, sentada a
horcajadas sobre un
hombre, buscaba su propio placer moviendo las
caderas mientras un
segundo la tocaba deseoso de penetrarla.
______ sentía en su
propio cuerpo cada acometida de Tom a la mujer.
Tom percibía cada
movimiento de _____ con el hombre, y ello lo hacía
jadear.
La tensión sexual no
resuelta los estaba matando.
Ambos lo sabían.
Sus miradas lo gritaban.
Sus cuerpos lo
demandaban.
Y el morbo del momento
fue el que originó que, sin acercarse ni
tocarse, se sintieran el uno en el cuerpo del otro.
HOLA ... YA SE VIERON!!! YA SABEN 4 O MAS Y AGREGO ADIOS :)))
O.o estos son umos sexosos!!
ResponderEliminarAl fin ya saben a lo que juegan"!
Yo muero porque jueguen juntos *.*
Siguelaaaaa Virgiiii .. Esta buenizimaaaaaaa SUBE!!
Ajajaj que juego el de ellos
ResponderEliminarYa veo que casi les toca estar juntos ajajajaj
Sube pronto :)
Ay por dios que me muero de la risa, me encanta sami, es un amor de niña, y tengo unas ganas de que _____ y tom estén juntossss��������
ResponderEliminarSIGUEEEEEE
ResponderEliminar:O:O ya se vieroooon que buenoooooo, hay ya quiero que estén juntos y que sea super ardienteeee!!!! hay están celosos los 2 jajaja como que se empiezan a gustar y eso si que me da mucha alegría, quiero los próximos caps hoy mismo virgiii pleaseee!!!
ResponderEliminar